Filipinas, fue nuestro próximo destino. Pasamos de golpe al calor tropical, a la vegetación, a los colores vivos ¡Volvimos al sureste asiático! Pero esta vez con unas diferencias.

Prácticamente la mayoría de la población es de religión cristiana, muy devotos, con una mezcla de carácter latino y asiático, y su idioma es una amalgama de tagalo, castellano e inglés. Sí, llegar a un país asiático y escuchar o ver letreros con algunas palabras en castellano, es un puntazo. ¡Ay, la colonización!

La isla de Palawan, quizás sea la más conocida y la más turística de todo el archipiélago filipino, y es que en total Filipinas se compone de más de 7000 islas. A pesar de ello no es de las islas que mejores infraestructuras tiene. Durante el día en muchas de las aldeas aún cortan la electricidad.

Desde Puerto Princesa llegamos a El Nido, un pueblo pequeño al Norte de la isla. Nos acercamos expresamente hasta aquí para poder realizar una excursión al Archipiélago de Bacuit. El Nido como pueblo es muy turístico y la gente vive de ello.

Archipiélago de Bacuit
Archipiélago de Bacuit
Archipiélago de Bacuit
Archipiélago de Bacuit
Snorkel
Snorkel

Port Barton es la segunda aldea que visitamos, está algo alejada, pero debemos reconocer que nos acabó atrapando. Es turística, sí, pero lo justo, y aunque la playa principal no dé muchas opciones al baño, si las de los alrededores. Nos quedamos sin lugar a dudas con el carácter filipino de esta pequeña aldea.

Playa de Port Barton
Playa de Port Barton
Caprichos de la palmera
Caprichos de la palmera
¡Esto es Port Barton!
¡Esto es Port Barton!
Calles de Port Barton
Calles de Port Barton

A Nagtabon fuimos a parar porque un amigo nos recomendó esta pequeña playa, para llegar a ella fuimos andando los 7 kilómetros tanto de ida como de vuelta. La carretera es muy solitaria y pocos coches pasan por allí, aunque sí muchas motos. La playa tiene poco que ofrecer a nivel turístico, pero tiene un agua transparente y limpia. Decidimos quedarnos a pasar la noche en ésta playa solitaria. La experiencia con la familia filipina que nos cedió una cabaña-merendero para pasar la noche no tiene precio. Ellos cenando en un merendero a pie de playa y nosotros al lado durmiendo en la nuestra al aire libre, con estrellas y luciérnagas volando. Todo a coste cero.

Nagtabon
Nagtabon
Atardecer en Nagtabon
Atardecer en Nagtabon

Por la mañana despertamos y directamente nos fuimos a pegar un baño en las aguas cristalinas, a nuestro alrededor no había nadie. Refrescados y con las fuerzas renovadas, pusimos rumbo a Puerto Princesa para concluir nuestro paso por la isla de Palawan.