Llegar hasta Gotemba fue sencillo. El autostop funciono perfectamente y poco después de medio día ya habíamos llegado.
La ciudad está muy cerca del majestuoso volcán Fuji. Su silueta es perfectamente reconocible, y aunque ya lo habíamos visto en el trayecto de Tokyo a Kyoto, nuestro deseo hubiese sido ascender hasta su cima pero la época del año no nos lo permitía así que nos tendríamos que conformar con verlo más de cerca.
Los días eran nublados y el tiempo no se preveía muy bueno, pero no queríamos perder la oportunidad de conocer la zona. Makoto nos recibiría en su casa y nos brindó la oportunidad de conocer un poco más de cerca cómo vive un joven japonés. Su amabilidad, atención y hospitalidad hizo que la experiencia fuese más que agradable. Nos indicó buenos lugares donde ir para ver el monte Fuji, nos acercó al lago Yamanaka antes de ir a trabajar y disfrutamos con él de dos estupendas cenas, una a base de tortilla de patatas y pisto, y otra de un estupendo sushi.
Madrugamos y fuimos hasta el lago Yamanaka. Un lago a pies del monte dónde se puede pasear y disfrutar de éste. Nuestro desayuno, que nos preparó Makoto, fue una bola de arroz con algas. Es lo que suelen desayunar los niños cuando van de excursión y a nosotros nos pareció muy rico. El día se fue despejando y la gente empezó a acercarse al lago para realizar todo tipo de actividades. Como telón de fondo el monte Fuji.
Los alrededores de la zona son muy verdes, y los campos de arroz se reparten por todo el área. Se respira tranquilidad y la gente del campo tiene otra manera de hacer diferente a la ciudad, más cercanos.
Nos despedimos de Makoto, pero con ganas de reencontrarnos en un futuro, y ponemos rumbo a Kawaguchiko, una ciudad al borde del lago del mismo nombre. Ésta, más turística que Gotemba, tiene un bonito paseo con templos, varios lagos y áreas de recreo para pasar el día.
Nosotros pasamos todo el día visitando la zona para encontrarnos por la noche con Kiyoko y Kochan, una pareja joven con los que compartimos una cena ¡nos enseñaron a hacer takoyakis! Pasamos un rato genial, y aunque corto, fue intenso y muy interesante. Su estupendo trato puso la guinda al pastel de nuestro paso por el monte Fuji.
¡A la mañana siguiente pusimos rumbo a la gran ciudad con mucha ilusión! Ahora entendemos porque todo japonés considera el monte Fuji un emblema de su país y a nosotros nos queda pendiente el ascenso hasta su cumbre.
4 comentarios
¿¿Que lleva Sonia puesto??
Hola Javier,
Imagino que te refieres a la última foto, de cocinera con un delantal! Jajajaj
Saludos,
Alberto & Sonia
Yo pensando que era un traje típico japonés y resulta es un traje típico de cocina. jajajajajaja
No era un Kimono, no. jajaja
Besos,
Alberto & Sonia