Todo mundo é bom. Fue la primera frase que vimos pintada en un muro recién llegamos a Brasil.

Una vez dejamos Foz do Iguaçú pusimos rumbo a Cascavel, una ciudad sin ningún reclamo turístico pero que a nosotros nos serviría como parada técnica antes de proseguir viaje. Aquí aprovecharíamos para estar un par de días introduciéndonos a la nueva cultura, conociendo las costumbres y gastronomía más destacada.

De eso se encargaron nuestros couchs, Roberto y Camila. Ellos nos enseñaron lugares de la ciudad y nos prepararon tapiocas, caipiriña y un arroz con notas brasileñas. Nos trataron de fábula desde el primer momento.

Parque a las afueras de Cascavel
Parque a las afueras de Cascavel
Catedral de Cascavel
Catedral de Cascavel
Con Camila y Roberto
Con Camila y Roberto

Salir de Cascavel, rumbo a Curitiba, nos costó un buen rato. Eso hizo que llegáramos de noche en una zona alejada del centro de la ciudad. Por suerte para nosotros, el sistema de transportes de la ciudad está bien diseñado y no nos resultó muy difícil llegar hasta nuestro destino. Adri nos esperaba en su casa, sabía que apareceríamos tarde o temprano y estaba a la espera que nos pusiéramos en contacto con ella. Otra de las ventajas del couchsurfing es ésta, la mayoría se preocupan antes y después de los días que estamos con ellos. ¡Tener un contacto no tiene precio!

Curitiba
Curitiba
Calle de Curitiba
Calle de Curitiba

En Curitiba hay mucho que conocer, es una ciudad grande y lo que más destaca es la gran cantidad de parques, a nosotros nos gustó. Pero al ser nuestro primer contacto con una ciudad tan grande en Brasil y al ser esencial tener que moverse en ómnibus nos produjo una pequeña sensación de agobio.

Disfrutamos de la ciudad, de sus rincones y de la feria del domingo, un acto muy interesante para ver artesanía, creatividad y conocer personajes tan variopintos como el hombre que crea diferentes artilugios y de cada uno crea una historia por detrás para darle un beneficio al espíritu del comprador.

El Parque Botánico es un emblema de la ciudad. Dentro de éste hay un edificio con una estructura muy icónica y representativa que recoge una gran variedad de plantas y árboles de la zona. Y no es el único, hay otros edificios que llaman la atención, ya sea por su estructura o por los materiales usados, como el Museo Oscar Niemeyer o la Ópera de Arame.

Una ciudad donde uno puede perderse por el centro, hacer el turista o simplemente pegarse una siesta en alguno de los tantos parques que la componen. No da para aburrirse, pero hay que tener claro que moverse por ella va a ser un lento paseo, aunque funcional.

Museo del arquitecto brasileño Oscar Niemeyer
Museo del arquitecto brasileño Oscar Niemeyer
Centro de Curitiba
Centro de Curitiba
Plaça do Ciclista reconstruida por los habitantes
Plaça do Ciclista reconstruida por los habitantes
Con Adri y su hijo de visita turística por la ciudad
Con Adri y su hijo de visita turística por la ciudad
Pintadas en algunos edificios de la ciudad
Pintadas en algunos edificios de la ciudad
Ópera de Arame
Ópera de Arame
Parque Tangúa
Parque Tangúa
Jardín Botánico de Curitiba
Jardín Botánico de Curitiba
Jardín Botánico
Jardín Botánico
Mercado Curitiba
Mercado Curitiba
Mucho ambiente los domingos en el mercado con tiendas, conciertos y juegos
Mucho ambiente los domingos en el mercado con tiendas, conciertos y juegos