10 días por Guipúzcoa y la costa Vasca-Francesa

El lugar donde establecimos el campo base es un precioso camping cerca del pueblo de Urrugne, en Francia. Ha sido el enclave perfecto para poder visitar día a día todo lo que teníamos pensado dentro de la provincia de Guipúzcoa y parte de la Costa Vasca francesa. Sinceramente, no hemos parado en todos los días que hemos estado, pero de eso se trata cuando salimos de casa. ¿No? En pleno verano hay muchas personas concentradas, sobre todo en la zona de la costa, así que combinamos el recorrido realizado con algo de monte y ciudades, compartiendo también agradables momentos en compañía de nuestros amigos Ana, Martín y familia. Contamos nuestro recorrido y experiencia tanto en el lado francés, como en el lado español.

Lado francés

Como contamos, Urrugne fue nuestro campamento base. Aquí dormimos todos los días en una tienda de campaña en el Camping Larrouleta. Escogimos este camping por la ubicación estratégica en la zona y porque nos pareció muy bonito. Importante para la ruta es disponer de un coche para ir moviéndonos a nuestro antojo. Cerca de aquí, destacamos las vistas que ofrece el acantilado de la Corniche, preciosa panorámica de toda la costa Vasco-Francesa.

Bayonne nos sorprendió gratamente. Sobre todo, su corazón histórico, el barrio Grand Bayonne. En este punto, la ciudad es atravesada por el río Nive y pasear junto a la orilla del canal, nos recordó por un momento a Amsterdam. Se trata del barrio Petit Bayonne, con sus casas, ventanas y vigas de madera de estilo vasco, sin perder ese toque francés. Del barrio Grand Bayonne destacamos la Catedral de Santa María, el ayuntamiento y el mercado, que no pudimos verlo ya que a partir del mediodía cierra y no llegamos a tiempo. En el margen opuesto del río, en el barrio Petit Bayonne se encuentran algunos museos, pero no entramos a ninguno.

A Capbreton, fuimos por las vistas de la interminable costa Atlántica. Paseamos por sus calles, la Iglesia de San Nicolás y recorrimos desde el centro hasta el puerto cruzando algún que otro puente. Sus playas y el faro, son insignias de la ciudad. En la zona del paseo marítimo hay muchos restaurantes donde comer de menú, un clásico que hay que probar son los moules-frites.

Otro día nos dimos un gran paseo por Biarritz, algunas de sus playas, la Roca de la Virgen, y las calles cerca de la Iglesia de San Martín, hasta salir a la abarrotada playa grande de Biarritz. También subimos hasta el Faro. Al atardecer, encontrar un lugar donde disfrutar de las vistas con los surfistas de fondo es una buena idea.

Bajando por la costa llegamos a Saint-Jean-de-Luz. Su amarre de barcos pesqueros es precioso y muy colorido. El centro está lleno de tiendas donde comprar, comer o tomarse un helado. El paseo de la playa nos gustó por sus casas típicas a un lado, con un pequeño puente para acceder a cada una, y la playa al otro.

Cuando nos apetecía disfrutar de la playa nos acercábamos a Hendaye. Está en una zona de costa bonita, pero llena de campings al lado del mar. Desechamos la idea de venir aquí por lo que supone el ambiente de poco descanso nocturno. Si quieres tranquilidad y monte, mejor Urrugne, si quieres movida playera entonces mejor Hendaye. Aquí solo veníamos a bañarnos y contemplar las dos formaciones rocosas conocidas como Les Deux Jumeaux o Dunbarriak.

En el interior, hicimos la circular del Pico Larrún 905 metros. Este pico está situado en la frontera España-Francia. Es un destino turístico en Francia, desde 1924, gracias al Petit train de La Rhune, un ferrocarril de cremallera. Es ideal para hacer este recorrido con niños. Pero, si esos niños son buenos senderistas, o si literalmente decides pasar del tren, recomendamos hacer a pie un recorrido circular por esta cima partiendo desde algunos de los puntos posibles. Nosotros optamos hacerlo desde la pequeña población de Sare. Así, al volver, nos daríamos un paseo por la localidad y aprovecharíamos para entrar a su curiosa iglesia. Nos acercamos a ver, también, la localidad de Ainhoa junto a su llamativa iglesia.

Lado español

Hondarribia, es una ciudad del país vasco que hace frontera natural con Hendaya. Pero el carácter de una y otra son bien diferentes. Nos quedamos con el ambiente de Hondarribia sin dudarlo. El casco antiguo es una auténtica delicia, nos encantó el contraste de la muralla medieval con el ambiente marítimo. ¡No hay que perderse esta ciudad!

Visita de dos días juntos con nuestros amigos a San Sebastián, Ana, Martín y familia, por la playa de Ondarreta, el peine del viento, el mirador del monte Igueldo, la playa de la Concha, el barrio del Antiguo, la zona vieja y la playa de la Zurriola. Nos llevaron a conocer y disfrutar como es debido de una autentica sidrería y a probar un nuevo deporte, el paddle surf. Hacerlo en la bahía de la Concha es un privilegio. Dos experiencias que nos encantaron y que esperamos repetir muy pronto.

Durante uno de los últimos días, quedamos con nuestro amigo Martín para escalar. Nos fuimos todo el día al Parque Natural de Aralar. Desde la localidad de Larraitz, accedimos hasta la Arista Oeste del Txindoki o Lanurrari de 1346 metros, se trata de una vía de escalada hasta llegar a su cima. ¡Embolaos montañeros de los que nos gustan!

Para finalizar, Zarautz, con su playa y el interior. Dicen que es la playa más extensa del País Vasco, y a parte de turística, es una playa muy famosa entre los surfistas. Algún día habrá que probar este deporte, tiempo al tiempo. Bonito paseo que nos dimos desde el Biotopo de Iñurritza hasta casi llegar a la localidad de Getaria. Recomendado.