Llegamos a Manila, la capital de Filipinas y fuimos directos a casa de nuestra anfitriona. Bianca nos acogió durante los últimos días que estaríamos en el país. Los días transcurrieron con total tranquilidad en su bonita casa a las afueras de la ciudad, poniéndonos al día y disfrutando de la compañía de nuevos amigos.

Cena en casa de Bianca
Cena en casa de Bianca

Antes de ir a Vigán ya habíamos estado en la ciudad, esperando de madrugada en una estación a que saliera nuestro autobús, por entonces pudimos comprobar que esta ciudad nunca duerme. Mercados a las tres de la mañana a reventar de gente, comprando y vendiendo, madres con sus hijos venciéndoles el sueño encima de sus propios puestos, personas con carros de comida paseándose por las calles… aquí cualquier hora es buena para tener unos pesos extra.

Como tantas otras, esta ciudad es una jungla pero no exageramos si decimos que a nosotros nos impresionó ver el estado de decadencia y dependencia de toda nuestra especie al dinero.

Jeepney, el medio de transporte más popular en todo Filipinas
Jeepney, el medio de transporte más popular en todo Filipinas

Durante el día no difiere mucho, pero a nosotros nos gustó pasear por su casco  antiguo, o lo que es lo mismo, lo que se denomina intramuros. Es la zona más turística pero no lo parece.

Las personas que ahí habitan pasan la mayor parte del día en la calle. Paseando, tanto puedes estar viendo un edificio colonial español, que unos chavales jugando un partido de básquet, la catedral o unos niños andando descalzos en pañales mientras su padre arregla una moto. Los monumentos, hoteles y restaurantes caros se mezclan con las karinderías y las vecinas chismorreando. Momentos de toda una vida que dan para entretenerse un rato.

Puerta de entrada a Intramuros
Puerta de entrada a Intramuros
Dentro de Intramuros
Dentro de Intramuros
La vida dentro Intramuros
La vida dentro Intramuros
Niños jugando en las calles
Niños jugando en las calles
Catedral Basílica de la Inmaculada Concepción
Catedral Basílica de la Inmaculada Concepción
Plazuela de Santa Isabel
Plazuela de Santa Isabel

No muy lejos de esta zona se encuentra el monumento a Lapu Lapu, este héroe nacional dicen que fue quien, en la batalla de Mactán, mató a Fernando de Magallanes.

Monumento a Lapu Lapu
Monumento a Lapu Lapu

Y de nuevo, finalizamos nuestro paso por un país que sorprende, que se muestra tal como es, a veces tan afable y a veces tan canalla. La jungla de las ciudades nos enseña el arte de la supervivencia y fuera de éstas a disfrutar de la tranquilidad.

Manila
Manila