Los autobuses nocturnos en Myanmar llegan a unas horas muy raras. Eran las cuatro de la mañana cuando llegamos a Kalaw, un pequeño pueblo al que fuimos porque desde aquí parte el trekk de tres días hasta el lago Inle.

A esas horas, todo está completamente vacío, solo unos cuantos viajeros que igual que nosotros buscan alojamiento barato. Esperamos más de cuatro horas sentados en la puerta del guesthouse a que abrieran para conseguir una habitación. Siempre hay alguien que emprende el trekk o se marcha a una ciudad, así que tampoco nos resultó tan difícil como nos iba advirtiendo la gente.

Kalaw
Kalaw

Aunque solo íbamos a pasar un día en Kalaw, éste se convertiría en algo especial. Durante la mañana nos dedicamos a mirar lo del trekk y tantear un poco como nos convenía mejor hacerlo. Una vez decididos, nos fuimos a pasear tranquilamente por el pueblo. Visitamos el monasterio, el mercado y la pagoda del centro. Pero el momento más especial aún estaba por llegar.

Pequeños monjes budistas
Pequeños monjes budistas
Calles de Kalaw
Calles de Kalaw

Por la noche coincidimos con el festival de las luces, Tazaungdaing. Un festival importante de tres días, en el que todo se ilumina con lámparas de aceite o eléctricas. Todo acompañado con una música que hipnotiza.

Diferentes grupos marchan paseando o bailando en procesión por la calle principal del pueblo, iluminada por las diferentes lámparas que portan las mujeres vestidas tradicionalmente mientras que los hombres se encargan de cantar, gritar al compás de las antorchas y tirar cohetes sin rumbo fijado.

Así llegan a una gran explanada dónde cada grupo muestra su habilidad a un jurado que al final de la noche, y después de una lucha entre tres torres pirotécnicas, decidirá quién es el ganador.

Niñas Birmanas portando velas
Niñas Birmanas portando velas
La luz de los más jóvenes
La luz de los más jóvenes
Festival de las luces
Festival de las luces

Uno de los grupos que consiguió dejarnos impresionados fue el que alzó un globo hecho a base de plásticos y cinta adhesiva suficientemente grande como para hacernos creer que no conseguiría despegarse más de dos metros del suelo. Contra todo pronóstico, éste se elevó junto un panel de velas más allá de lo que nuestros ojos puedan percibir. Todo un espectáculo que nos llevaría a la cama preparados para madrugar al día siguiente.

Festival de las luces
Festival de las luces
Todos capturando el momento
Todos capturando el momento
Noche en Kalaw desde la terraza del guesthouse
Noche en Kalaw desde la terraza del guesthouse