Emoción al sentir que nuestro avión aterrizaba en tierra nepalí. Visado y salida del aeropuerto. Las primeras impresiones nos han despertado recuerdos que guardamos de nuestro paso por Nueva Delhi, hace ya cuatro años.

Kathmandú es una ciudad bulliciosa y de mucha contaminación, llena de distintos automóviles en un tráfico caótico. Sus calles, llenas de gente, con sus puestos, donde uno puede estar cortando carne, vendiendo fruta o arreglando una moto. Todo nos auguraba una relación amor odio con esta ciudad.

Paseando por las calles de Kathmandú
Paseando por las calles de Kathmandú
Paseando por las calles de Kathmandú
Paseando por las calles de Kathmandú

Un paseo por el barrio mochilero de Thamel, una visita a una de las plazas más famosas de la ciudad y contemplar una de las estupas más grandes de Nepal. Todo esto a pie, recorriendo sus calles, para conocer mejor lo que esta ciudad nos podía ofrecer unos días más tarde, al volver de Pokhara.

Plaza Durbar de Kathmandú
Plaza Durbar de Kathmandú
Plaza Durbar de Kathmandú
Plaza Durbar de Kathmandú
Plaza Durbar de Kathmandú
Plaza Durbar de Kathmandú
Plaza Durbar de Kathmandú
Plaza Durbar de Kathmandú
Entrada a Boudhanath
Entrada a Boudhanath
Boudhanath, una de las mayores estupas del país y del mundo
Boudhanath, una de las mayores estupas del país y del mundo
Callejeando cerca de Boudhanath, templo budista
Callejeando cerca de Boudhanath, templo budista