Nos acercamos a Ninh Binh por estar cerca de un paraje natural. La ciudad tiene poca oferta turística, pero es un buen punto de partida para visitar el Parque Nacional de Tam Coc, entre otros, en los alrededores.

Este paraje tiene grandes extensiones de campos de arroz que se reparten por toda la zona, aprovechando los numerosos afluentes de agua que la recorren y un gran paisaje kárstico. Decidimos alquilar una moto para acercarnos a Tam Coc e ir a nuestro aire. Nuestra idea era realizar una pequeña excursión en barca recorriendo el interior de los arrozales y las montañas, para más tarde aprovechar que teníamos la moto y recorrer los diferentes puntos de interés.

Subidos a una colina
Subidos a una colina
Plantando el arroz
Plantando el arroz
Pequeños rincones
Pequeños rincones

Madrugamos mucho para ser de los primeros en coger una barca y evitar así las aglomeraciones, optando por una alternativa a las barcas oficiales. Si se sigue la carretera que llega hasta el embarcadero oficial, antes de llegar a la Bich Dong Pagoda  hay otro embarcadero más pequeño con el mismo tipo de barca, mucho más económico y que realiza un recorrido diferente, pero no menos interesante, también pasando por algunas cuevas.

Paseo en barca
Paseo en barca
Trabajando el campo
Trabajando el campo
Remando a casa
Remando a casa

Durante el recorrido se pueden ver el trabajo en los campos de arroz y la vida de las pequeñas aldeas que se encargan del cuidado de los bancales.

Nosotros hicimos la visita durante la temporada de siembra. Interesante el momento en que alisan el terreno para proceder a la plantación, siempre a mano, con los campos ya inundados.

Cultivos entre montañas
Cultivos entre montañas
Época de siembra
Época de siembra

Una vez acabada la excursión, nos acercamos al Bich Dong Pagoda donde subimos hasta el punto más alto para tener las vistas aéreas de los bancales y hasta el templo Thai Vi.

También fuimos hasta la Mua Cave, una montaña con unas vistas muy bonitas. Teníamos entendido que entrar era gratuito, pero al llegar nos pidieron entrada para llegar hasta la parte de arriba más otro pico más por dejar la moto, así que decidimos no subir.

Seguimos nuestro recorrido por los campos, disfrutando de la época de siembra y de la tranquilidad del día.