Entrar a Bolivia por una de las fronteras comerciales y hacerlo en día de feriado fue la mejor manera de empezar el recorrido por el nuevo destino. En la frontera ocurría de todo, el cruce era algo caótico, un ir y venir de gente, algunos con fardos de gran tamaño, sin control.

Nosotros nos plantamos en el puesto fronterizo para tramitar nuestro visado, mientras hacíamos cola y esperábamos a ser atendidos observamos todo lo que ocurría a nuestro alrededor. Cada uno, a sus cosas. ¡Nos encantan estas fronteras tan ajetreadas!

Bienvenidos a Bolivia
Bienvenidos a Bolivia
Ajetreo comercial en la frontera Perú - Bolivia
Ajetreo comercial en la frontera Perú – Bolivia

Con los trámites hechos y de legales en el país, fuimos a buscar un autobús que nos llevara hasta La Paz. No iba a ser fácil, todos y cada uno de los autobuses estaban completos ya que al ser día de feriado la afluencia de gente era mucho mayor. Teníamos pocas alternativas pero negociando con el chófer y convenciéndolo que nos tenía que llevar porque no teníamos otra opción, accedió a llevarnos en el pasillo. Y es que como en otros países del mundo, los autobuses cumplen la función de camión a la vez. Entre bolsas de pasta, yogures, huevos y gallinas íbamos nosotros. Lo curioso que parecía que nuestras mochilas eran las que molestaban y no precisamente toda la cantidad de mercancía que cada uno llevaba.

Todos bien apretados
Todos bien apretados

Una vez llegamos a La Paz, nos dimos cuenta que nada tenía que ver con su nombre. De paz poca, más bien lo contrario. Las calles repletas de gente y mercados interminables que se extendían por las empinadas calles. Bajamos del autobús y fuimos hacia la zona más céntrica a pie. Por el camino no dejamos de ver en ningún momento tenderetes de ropa, alimentos, utensilios, aparatos… Todo lo que uno pueda imaginar puede encontrar.

Aunque no sea la capital del país, La Paz es una ciudad muy importante, tanto por tamaño, población e importancia económica. Nosotros pasamos unos días visitándola, paseando por sus calles y conociendo sus mercados. Trajes tradicionales, casamientos, arte urbano, historia… todo cabe en una ciudad del tamaño de esta y hay que pararse para conocerla. ¡A nosotros nos encantó!

Plaza Murillo
Plaza Murillo
Festividad en las calles de La Paz
Festividad en las calles de La Paz
Típico autobús de la ciudad
Típico autobús de la ciudad
Mercado de las brujas
Mercado de las brujas
Arte urbano
Arte urbano
Calles céntricas de la ciudad
Calles céntricas de la ciudad
Plaza Eduardo Abaroa
Plaza Eduardo Abaroa
La Paz desde el mirador El Monticulo
La Paz desde el mirador El Monticulo
La histórica calle Jaén
La histórica calle Jaén

Una buena manera de disfrutar de la ciudad es acercase hasta El Alto, un ciudad situada en la parte alta al que se puede llegar con alguno de los teleféricos. Altamente recomendable para disfrutar de unas vistas espectaculares y contemplar algunos de los cerros nevados de los alrededores si se tiene suerte.

La Paz tiene muchos rincones, a cada paso hay algo que llama la atención, más si es la primera ciudad de Bolivia que se visita. Está emplazada en un lugar único, en un valle con forma de embudo y por las laderas de este valle se extienden todos los edificios de la ciudad. En la parte de arriba de la ciudad a casi 4000 metros se encuentra todo el basto altiplano boliviano. Verdaderamente espectacular.

Subiendo en el teleférico
Subiendo en el teleférico
Vista de la ciudad junto a las montañas de la Cordillera Real
Vista de la ciudad junto a las montañas de la Cordillera Real
Se encuentra a casi 4000 metros de altitud
Se encuentra a casi 4000 metros de altitud
La Paz
La Paz