Antes de desviar nuestra ruta hacia el oeste y salir por un tiempo de Tailandia, fuimos a ver esta ciudad, declarada Patrimonio Mundial por la Unesco. Para conocer un poco la historia antigua de Tailandia teníamos que acercarnos a Ayutthaya. La ciudad está al norte de Bangkok. Lo que fue la antigua capital de Tailandia, se encuentra en una isla formada por la confluencia de tres ríos que en su día sirvieron de foso natural para defenderse de los invasores.

Hasta que llegaron sus vecinos birmanos y destruyeron la ciudad, dejándola tal como nos la podemos encontrar a día de hoy.

Para llegar tomamos una van desde el monumento Victoria de Bangkok, que te deja muy cerca de la ciudad antigua. Una vez allí alquilamos una bicicleta para todo el día y así recorrer la zona más fácilmente.

Visitando Ayutthaya en bicicleta
Visitando Ayutthaya en bicicleta

Los templos no están muy alejados unos de otros, pero hay muchos y es una buena manera de abarcar la mayor parte de ellos.

El más conocido de la antigua capital es el templo Wat Phra Mahathat, que en su interior se puede ver una cabeza de buda entre las raíces de un árbol. Darse un paseo por este templo y tomar algunas fotos es una buena manera de empezar la visita, ya que es el más visitado y vale la pena acabar en los puntos menos transitados.

Cabeza de buda entre las raíces de un árbol
Cabeza de buda entre las raíces de un árbol
Ruinas de Wat Phra Mahathat
Ruinas de Wat Phra Mahathat
Ruinas de Wat Phra Mahathat
Ruinas de Wat Phra Mahathat
Ruinas de Wat Phra Mahathat
Ruinas de Wat Phra Mahathat
Turistas paseando en elefante en Ayutthaya
Turistas paseando en elefante en Ayutthaya

Otro de sus atractivos es un buda reclinado al aire libre, tres grandes pagodas blancas y muchos otros templos que a lo largo del paseo en bici fuimos descubriendo, ayudados por un mapa y alguna idea que teníamos de la zona por lo que habíamos leído.

Wat Phra Si Sanphet
Wat Phra Si Sanphet
Buda sentado en Ayutthaya
Buda sentado en Ayutthaya
Buda reclinado de Wat Lokayasutharam
Buda reclinado de Wat Lokayasutharam

Una vez se termina con lo imprescindible, vale la pena perderse un poco con la bicicleta y relajarse en alguno de los solitarios templos y acercarse al mercado de la ciudad.